Correr ayuda a los niños a evitar el sedentarismo, controlando el peso y reduciendo la obesidad infantil; evita complicaciones derivadas de la misma, como la hipertensión arterial o la diabetes, al mejorar el control y manejo de la glucosa.
Según toda la evidencia científica disponible, mejora la forma física, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes, fortalece los huesos, ayuda a eliminar el sobrepeso y es útil para hacer frente a la depresión o la ansiedad, entre otras ventajas.